Que puedo decir, este tipo es un tipazo, y no requiero conocerlo en persona para saber que lo es. Desde el poco tiempo que tengo de sintonizar su canal en el Youtube he visto y recorrido un poco sobre él y me ha convencido que es grande; actor, reportero, cantante, comediante, poeta, músico y hasta buen jugador de los bolos.
Y este es un poema que me ha gustado, más porque es con un público difícil: en el metro. Y pienso que intentar ese reto en la Ciudad de Mexiland es algo grotesco, porque aunque exista gente de buena apreciación por el arte, que ronde por los vagones y andenes del metro, también hay mafia que cobra por respirar a los que dialogan en el metro, y solo los que dialogan, dialogan para fastidiar con una voz chillante y ofreciéndote mierda y media que mañana tiraras.
Por eso muchos talentos se quedan cautivos en el hogar, se prefiere guardarse a tener un desgaste contra el terror. Los pocos y muchos que he visto y escuchado que expresan buena onda en los andenes, solo son explotados o ignorados por la mayoría. Y tal vez lo hagan por economía, tal vez lo hagan por querer salir del terror, tal vez lo hagan porque quieran mostrar algo diferente, pero siempre escucho lo mismo, las mismas canciones, los mismos ritmos, las mismas letras, los mismos romances.
Y yo no sé porque sea eso, pero ya me tiene arto, arto de escuchar las mismas historias, arto de querer cambiar las cosas y tachen a este poeta como loco, como desubicado, cuando lo único que quiero es que sea diferente mi vida y también la te mis rededores. Es decir, trato de ser diferente y buscar para encontrar algo mejor aunque tal vez ya ese algo ya este vendido por quienes nos dirigen. Pero no me importa, yo sigo mis sueños, y si un día casi los dejo por seguir tu indolencia, hoy los recupero y vuelvo a ponerme en pie en contra de esa vibra negativa que os rodea.
Obviamente existen miles de formas de cómo enredar la solución, miles de filosofías, miles de creencias, pero para ganar una batalla, siempre y todo se empieza primero en la mente de uno, y eso es lo que importa ahora, luchar contra mis fantasmas e ir cumpliendo los viajes que quiero cumplir, derribar esas murallas paradígmicas que nos quieren convencer.
Yo se que la poesía no puede ser lo mío, también se que el mundo es gigantesco, pero también se que por lo mismo yo merezco un espacio en el mismo cosmos en el que vivimos y compartimos todos.
Salud.
Y este es un poema que me ha gustado, más porque es con un público difícil: en el metro. Y pienso que intentar ese reto en la Ciudad de Mexiland es algo grotesco, porque aunque exista gente de buena apreciación por el arte, que ronde por los vagones y andenes del metro, también hay mafia que cobra por respirar a los que dialogan en el metro, y solo los que dialogan, dialogan para fastidiar con una voz chillante y ofreciéndote mierda y media que mañana tiraras.
Por eso muchos talentos se quedan cautivos en el hogar, se prefiere guardarse a tener un desgaste contra el terror. Los pocos y muchos que he visto y escuchado que expresan buena onda en los andenes, solo son explotados o ignorados por la mayoría. Y tal vez lo hagan por economía, tal vez lo hagan por querer salir del terror, tal vez lo hagan porque quieran mostrar algo diferente, pero siempre escucho lo mismo, las mismas canciones, los mismos ritmos, las mismas letras, los mismos romances.
Y yo no sé porque sea eso, pero ya me tiene arto, arto de escuchar las mismas historias, arto de querer cambiar las cosas y tachen a este poeta como loco, como desubicado, cuando lo único que quiero es que sea diferente mi vida y también la te mis rededores. Es decir, trato de ser diferente y buscar para encontrar algo mejor aunque tal vez ya ese algo ya este vendido por quienes nos dirigen. Pero no me importa, yo sigo mis sueños, y si un día casi los dejo por seguir tu indolencia, hoy los recupero y vuelvo a ponerme en pie en contra de esa vibra negativa que os rodea.
Obviamente existen miles de formas de cómo enredar la solución, miles de filosofías, miles de creencias, pero para ganar una batalla, siempre y todo se empieza primero en la mente de uno, y eso es lo que importa ahora, luchar contra mis fantasmas e ir cumpliendo los viajes que quiero cumplir, derribar esas murallas paradígmicas que nos quieren convencer.
Yo se que la poesía no puede ser lo mío, también se que el mundo es gigantesco, pero también se que por lo mismo yo merezco un espacio en el mismo cosmos en el que vivimos y compartimos todos.
Salud.
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